agosto 14, 2010

El Actor Social.

Siempre ha sido una "especie" relativamente rara en la sociedad. Muchas veces se les asocia a movimientos insurgentes, otros lo relacionan con movimientos sindicales o gremiales; y otros, lo asimilan como a los grandes pilares que sostienen a la sociedad: salud, educación, estado, cultura, etc. Pero, ¿cuáles son los requisitos para conventirse en un actor social? Evidentemente no es algo que se pueda enseñar, sin embargo, es algo que se puede aprender.

Ser un actor social implica dejar una posición privilegiada: la de espectador. Aquella tribuna tan agradable, mediante la cual, nos damos el lujo de criticar lo que pasa en nuestra sociedad, pero hacemos nada para cambiarlo. Nos molesta la pobreza, pero no somos capaces de ayudar al necesitado; o nos molesta la corrupción, pero somos incapaces de inscribirnos en un registro y votar para limpiar de la escoria a la dirigencia política. Por tanto, si bien se puede aprender, convertirse en un actor social es un poco complicado.

El primer paso para convertirse en un actor social, acaece cuando a una persona ya no le es indiferente lo que pasa a su alrededor, y surgen las primeras inquietudes. Desde ese punto, la persona buscará los medios necesarios para resolver los problemas exógenos y "ambientales" que la afectan, sin embargo, al poco tiempo se dará cuenta que por sí sola, no podrá cambiar las cosas. Por consiguiente, canalizará esas energías para satisfacer otro tipo de necesidad, otro tipo de inquietud... la propia. 

Ser un actor social implica, en primera instancia, satisfacer nuestra inquietud interna, darle sentido a nuestro comportamiento y sentir que lo que hacemos, sea objetivamente mucho o poco, vale la pena y puede servir para que otras personas puedan seguir la misma tendencia que nos sacó de nuestra posición de espectadores. En segundo lugar, debemos hacer algo, lo que cada uno estime pertinente, pero involucrarse en algo: participar en la comunidad cercana, en un partido político, en un centro de alumnos o bien fundar nuevos movimientos, grupos de opinión, comunidades virtuales, etc.

La vida, la sociedad, y el mundo actual nos insta a convertirnos en actores sociales, especialmente a los jóvenes. Existe la necesidad de romper esa cadena de inercia tan desagradable de estudiar por más de 15 años, para estar esclavizado en un trabajo otros 40 años. Probablemente ninguno llegue a ser Presidente de la República, pero estoy seguro que podemos dejar el traje de seres humanos patéticos e impersonales, para intentar, aunque sea por una vez, dejar nuestra huella en esta sociedad.

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